Cualquier ejercicio que lleves a cabo supondrá un consumo calórico; sin embargo, si lo que quieres es perder la grasa no deseada, necesitas prolongar tus sesiones el tiempo suficiente.
La idea es hacer que tus reservas de glucógeno hepático y muscular empiecen a bajar, para que tu cuerpo se vea forzado a utilizar la grasa como combustible metabólico con más preponderancia. Es imposible precisar el momento en el cual tu cuerpo empieza a quemar más grasa, porque eso depende de cada persona, de lo que se haya comido las horas previas, del grado de entrenamiento, del tipo de ejercicio y hasta de la climatología.
Está demostrado que correr, saltar, andar en bicicleta o realizar caminatas ayuda más que las pesas y los ejercicios localizados, porque mueven más músculos, se pueden practicar durante más minutos y a un alto nivel de intensidad, clave para bajar de peso.
Son demasiados parámetros. No obstante, se puede decir que en los primeros 40 ó 45 minutos no se consume de forma significativa, así que conviene que tus sesiones se prolonguen más allá de este umbral de tiempo.
Para quemar calorías, más que el tipo de ejercicio, debe fijarse en la intensidad y tiempo que pueda mantener esta máxima intensidad. A mayor tiempo de trabajo en alta intensidad, mayor es el gasto calórico.