Muchas veces hemos cumplido con nuestra jornada laboral cuando nos sentimos enfermos, con alguna dolencia o malestar, sin embargo, recientes estudios sugieren que esto no debe hacerse, porque a largo plazo traerá consecuencias a nuestro organismo y por ende a nuestra salud.
Un trabajo publicado en una revista especializada en salud ocupacional, reveló que este "presentismo" laboral no conlleva efectos positivos. El trabajar a toda costa, ya sea por presión por parte de la empresa, por el miedo a perder un puesto de trabajo o el exceso de compromiso por una labor que nos llena y nos gusta desempeñar, que nos resulta complicado abandonar, pero atenta contra nuestra salud y la de nuestros compañeros.
Los expertos analizaron 61 estudios anteriores (con un total de 175.960 participantes) de los que extrajeron que variables como el estrés, la falta de recursos laborales, la exigencia de los supervisores o la discriminación percibida eran tan cruciales en el presentismo laboral como el gran sentido del compromiso con la empresa.
Mariella Miraglia, líder del estudio, explicó que trabajar mientras se está mal puede agravar los efectos de la enfermedad inicial y dar como resultado malas actitudes en el trabajo. Pero las posibles consecuencias de ausentarse propician que los empleados vayan a trabajar enfermos o que regresen antes de estar totalmente recuperados.