Para mantenerte alejado de las lesiones y convertirte en un mejor corredor día tras día, hay una regla que deberías conocer y respetar, nunca entrenes duro dos días consecutivos.
Si deseas correr todos los días, cumplir con esta regla es indispensable para lograr nuestros objetivos; organiza tu plan de entrenamiento de manera que realices un día un entrenamiento duro y al día siguiente uno más liviano y fácil.
En los días duros, esfuérzate, da lo mejor de ti en cada kilómetro que tengas que correr para aumentar la posibilidades de obtener mejores resultados.
Los días livianos, deberías correrlos de manera que tengan efectos regenerativos y recuperadores, por lo que te recomendamos correr a un ritmo relajado, en el que puedas mantener una conversación sin esforzarte y que la duración sea la adecuada a tu forma física.
Rota los horarios
Si tienes disponibilidad horaria para organizar tus entrenamientos correctamente, será más probable que puedas correr todos los días sin lesionarte.
Por ejemplo, suponiendo que puedas organizarte para correr en la mañana y en la tarde, planifica tus entrenamientos intercalando un trabajo duro por la mañana y otro liviano en la tarde.
No seas rígido
Esta es sin dudas, la clave más importante para correr todos los días sin lesionarse, no seas rígido! Si un día estas cansado, tienes molestias o simplemente no tienes ganas de salir a correr, no hay problemas que no lo hagas.
Probablemente, será ventajoso para tu cuerpo tomarse un descanso y recargar las energías físicas y mentales para encarar nuestros entrenamientos; escucha las señales de tu cuerpo.
Si no puedes con tu genio y necesitas mantenerte activo todos los días, el entrenamiento cruzado siempre es una opción recomendable: realizar natación o andar en bicicleta son opciones excelentes para corredores, no las descartes.