Los amigos imaginarios son un fenómeno normal que enriquece la imaginación e interacción social del infante, aunque conviene estar atentos a la evolución que presenten. Te recomendamos estar alerta a las manifestaciones relacionadas con los amigos imaginarios:
1. Habla egocéntrica o individualista: el pequeño deja de hablar externamente. Este tipo de habla se caracteriza por describir aquello que está haciendo o pensando, pero sin que se produzca una interacción con ningún amigo imaginario. Mantiene una conversación propia, llevándolo a un monologo.
2. Narrar historias en forma de responder: no se trata tanto de una vivencia de juego del pequeño, sino de una tendencia a contestar de forma fantasiosa e imaginativa, todo ello sin buscar engañar. Requiere ayuda especial, si presenta esta conducta.
3. Falsos amigos imaginarios que colocan nombre personales: son amigos imaginarios que tienen una personalidad represora y negativa para el pequeño, lo que hace que el juego no sea algo buscado y querido, sino evitado, asociado a altos niveles de estrés y miedo y en algunos casos a problemas psicológicos en el ambiente familiar donde se desarrolla. Es necesario evaluar el ambiente familiar a fin de que estos amigos no le den estabilidad emocional al pequeño.
El aspecto negativo de los amigos imaginarios proviene cuando esta relación entre el pequeño y el amigo imaginario se vuelve tan estrecha que impide al primero tener otro tipo de relaciones con el resto de su mundo, es decir, no pasa suficiente tiempo con otros niños, ni tiene interés en ello. Es necesario prestar una cuidadosa atención y evaluar el tiempo que pasa con ellos.