Por medio de un estudio realizado en moscas de la fruta, se pudo comprobar que la insatisfacción sexual detona el consumo de alcohol. Aunque esta relación esta siendo evaluada en este tipo de insectos, la reacción en humanos se presenta en muchos casos de la misma manera.
Durante el estudio se puso en contacto a un espécimen macho y una hembra que acababa de copular, por lo que su apetito sexual era nulo, experimentando rechazo hacia el macho.
Posteriormente se le brindo al macho dos opciones de alimento, uno de los cuales contenía alcohol y por el que mostró predilección. Esto acerca datos sobre la reacción natural del organismo ante el rechazo sexual, siendo este acto, un generador de placer por excelencia.
En este sentido, los expertos señalan, que una vez negado el acto sexual es posible que las sustancias alcohólicas reemplacen o compensen de algún modo, esa sensación de éxtasis deseada.