Según un estudio realizado por científicos de la Universidad de India, en Estados Unidos, beber mucho alcohol puede despertar mayor sensibilidad en el cerebro de ciertas señales de alimentos, percibidas a través del olfato, lo que incita o estimula a un individuo a comen mucho más de lo que haría una persona sobria.
El cerebro puede desempeñar un papel vital en la regulación de la ingesta de alimentos, según el estudio de los especialistas, la exposición al alcohol puede tanto aumentar la sensibilidad del cerebro a las señales externas de alimentos, como los aromas, y dar lugar a un mayor consumo de alimentos. Muchas bebidas alcohólicas ya incluyen calorías vacías, y cuando se combinan esas calorías con el efecto aperitivo, puede conducir a un desequilibrio de la energía y, posiblemente, al aumento de peso.