Todos los fanáticos del famoso actor Jim Carrey están acostumbrados a su singular simpatía, gran sentido del humor y su inigualable sonrisa. Sin embargo, desde hace un tiempo ha sufrido de fuertes problemas de depresión.
Carrey fue diagnosticado con trastorno bipolar y aunque ha tratado de no demostrarlo en su ámbito profesional, en el año 2004 decidió no callar más y contar por lo que estaba pasando.
Sus rupturas amorosas han impedido que el actor aparezca con frecuencia, y cuando trata de involucrarse con la sociedad se le ve un poco trastornado. Y aunque ha ganado significativas premiaciones como dos Globos de Oro y un BAFTA, no ha explotado su talento como de costumbre.
Tras estas conductas su público teme que el extrovertido y divertido Jim Carrey se complique, incluso tome la decisión de alejarse definitivamente de las cámaras o que pueda pensar en quitarse la vida.
Con información de Vanguardia.com