En un estudio realizado en aproximadamente 230 mujeres, se conoció que aquellas que sienten ansiedad, aburrimiento, depresión o monotonía en el trabajo, tienden a consumir mayor cantidad de alimentos y por ende a aumentar de peso.
Comer de forma incontrolada esta relacionado con una sensación de hambre continua e insatisfacción. Esto puede hacerse presente por consecuencia de un estado de aburrimiento al trabajo, en donde la persona se encuentra frustrada laboralmente.
El ámbito emocional esta íntimamente ligado en la mayoría de los casos con los hábitos alimenticios. Por esto es recomendable a la hora de atender la obesidad, examinar el estado anímico de la persona, analizando incluso el ambiente laboral donde se desenvuelve o las funciones que cumple.
La alteración del régimen alimenticio y su relación con el malestar hacia el trabajo, puede ser controlado desde una atención psicológica y nutricionista, controlando los impulsos que llevan a comer en exceso.