El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) afecta entre un 2 y un 5 por ciento de la población infantil, tienen dificultad para concentrarse en una tarea, mantenerse quieto, organizarse y controlar sus impulsos.
Es cierto que hay causas genéticas que influyen decisivamente en las peculiaridades del entorno donde se desenvuelven los afectados, según un macroestudio divulgado en la convención anual de las Pediatric Academic Societies (PAS) en Vancouver, Canadá.
Los investigadores relacionaron la prevalencia de TDAH con nueve factores: pobreza, divorcio, muerte de un progenitor, violencia o en el vecindario, discriminación, enfermos mentales en casa, consumo de drogas por parte de miembros de la familia o encarcelamiento de seres queridos.
Llegaron a esta conclusión tras analizar los casos de más de 65.000 individuos de 6 a 17 años, con TDAH y sanos.
Vieron que el 17 por ciento de los sujetos diagnosticados habían sufrido cuatro o más de los citados factores negativos, mientras que solo el 6 por ciento de los niños sanos los habían experimentado y sus padres habían experimentado experiencias traumáticas.