Caminar mejora la salud cardiovascular y es un potente quemador de grasa por el ejercicio aeróbico que realizas, sin embargo, cuando lo haces descalzo, sobre el pasto tiene múltiples beneficios para tu salud.
Entre los beneficios está el ajuste de los mecanismos del pie, es decir, ayuda a que tomen la posición adecuada: mejor forma de andar, más agilidad y equilibrio. Asimismo, diversas corrientes de la reflexología que utilizan los puntos de la planta del pie para estimular neurológicamente diferentes estructuras orgánicas del cuerpo.
Cuando caminas descalzo sobre el pasto entras en pleno contacto con la madre tierra, por lo que haces que tu carga energética fluya armónicamente por tu cuerpo, se nutra de la energía de la tierra y el pasto, por lo que recuperas energía, fuerza, estabilidad, coherencia, solidez y equilibrio.
Genera sensación de bienestar, relajación, entusiasmo y fuerza.
Eso sí, te recomendamos que si quieres comenzar a entrenar descalzo debes hacerlo poco a poco: primero sobre superficies blandas, término medio y fuertes.