Los espárragos son uno de esos vegetales típicos de la primavera. Tienen un sabor muy particular y son más que nutritivos.
Poseen altos contenidos de nutrientes. Son una espectacular fuente de fibra y de ácido fólico, lo que significa que mantiene la piel más saludable y resistente. Tienen además cromo, oligoelementos que mejoran la circulación de la sangre y como si fuera poco, vitaminas A, C, E y K.
Gracias a su bajo contenido calórico, su alta proporción de agua y a los nutrientes energéticos, convierten al espárrago en un alimento idóneo para incluir en dietas hipocalóricas. Su elevado contenido en fibra aporta sensación de saciedad, lo que ayuda a reducir el apetito.
También es un buen alimento en las dietas infantiles. Es aconsejable hacer la cocción con poca agua y en una olla rápida para intentar que las pérdidas de vitaminas sean mínimas.
El espárrago es rico en potasio y pobre en sodio, siempre y cuando no sean en conserva. Lo que le proporciona una acción diurética que favorece la eliminación del exceso de líquidos del organismo.
Para incrementar los beneficios de los espárragos es prudente evitar consumir carnes rojas en exceso, ya que existe alguna relación entre ese tipo de carnes y la enfermedad.
Ayuda al cuerpo a mantener y producir colágeno, que es la proteína principal de los tejidos del cuerpo. El esparrago inclusive puede ser utilizado para aliviar cálculos en los riñones.