La gonorrea es una de las cuatro enfermedades de transmisión sexual que tiene mayor prevalencia en la población mundial. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la ineficacia de los tratamientos es la principal causa de su poca curación.
Resistencia bacteriana y la falta de alternativas medicinales, hace que las personas con gonorrea vean complicado su estado de salud. La poca investigación que se mantiene sobre los nuevos agentes antimicrobianos no beneficia el avance en este sentido.
Anualmente, más de 100 millones de personas resultan infectadas por esta enfermedad, bien sea en países ricos o pobres. Esta infección, si no es curada, puede afectar gravemente incluso a los recién nacidos, provocando ceguera.
Efectos como la infertilidad masculina o femenina, infecciones en el recto y uretra, partos prematuros, abortos espontáneos y hasta una mayor posibilidad de contraer sida, se hacen presentes por una gonorrea no controlada.